Las brisas de septiembre llegan siempre con un olor a infancia y a amor. A los dulces, al amigo secreto y a los juegos tradicionales que aprendimos en el barrio.
Jesid, Joel y el mello son jóvenes del barrio Siape y Villas de San Pablo, que nacieron con estos juegos: las cometas, la bolita de uñita, el trompo. A sus 10 años, Joel aprendió a hacer su primera cometa, “experimentando” como dice él, viendo cómo sus vecinos tenían su cometa armada. “Esas eran las costumbres anteriormente, no había teléfono, no había nintendo, y uno tenía que distraerse con lo que aprendía en la calle”.
A algunos nos habrán enseñado a utilizar papel cometa y varas de balso, pero para estos 3 jóvenes conseguir bolsas desechables recogidas en la tienda o hasta el mismo papel era suficiente para darle rienda suelta a su creatividad y ponerla a volar. Literalmente. “Para la cola, utilizaba trapos de cocina vieja, hasta las mismas bolsas. Me acuerdo que tomaba los hilos de los sacos de azúcar y ahí uno iba añadiendo. Cuando tenía, compraba la maderita” -dice Joel mientras arma una cometa gigante.
“Yo por mi parte llegué a usar papel, hilo y varita de coco o guadua”- añade Jesid. La guadua o ‘bambú colombiano’ es uno de los materiales que se puede utilizar para crear una cometa, es una madera náufraga recuperada del río, bastante resistente y lo suficientemente liviana para un mejor vuelo. “A las bolsas de mercado, las amarraba solo con un hilo, y la brisa las llenaba de aire. Con eso era suficiente, esa era mi cometa”, agregó el mello.
Los materiales al final solo hacen parte de su construcción, el entusiasmo de volar la cometa, aunque al inicio no saliera perfecta, es donde está la magia de este juego. Si eran pedacitos de sábanas viejas o si eran metros de cintas de tela, lo importante era salir corriendo, mirar hacia arriba y encontrarse con un cielo de colores con hilo y guadua.
Eso sí… Si hay algo que no podía faltar en las competencias de cometas en los barrios, era el niño que con ganas de ser el número 1, colocaba en la cola de su cometa una hoja de cuchilla cortada en dos, para cuando se acercara otra, la cortara y se perdiera en el aire. Esa picardía que terminaba en risas y a veces en disgustos pero siempre en camaradería.
Cada que llegan las anheladas brisas, desde el Gran Malecón se ven cantidades de familias volando sus creaciones. Cometas que traen no solo desde Siape y Villas de San Pablo sino desde diferentes barrios de la ciudad de Barranquilla. Un juego tradicional que sin duda ha perdurado en el tiempo y que desde la orilla del río se celebra cada septiembre. Cometas gigantes llenas de luces y colas largas, hasta cometas creadas con la recursividad de estos tres jóvenes.
Desde hace cuatro años, con talleres y concursos de cometas, espacios gastronómicos y activaciones deportivas celebramos EL FESTIVAL DE COMETA en el Gran Malecón. Este año, durante el fin de semana del 10 y 11 de septiembre, encontrarás espacios para todos los miembros de la familia que podrás disfrutar alrededor de este juego tradicional.
Cuando nos visites, no olvides pasarte por la zona gastronómica Manglares del Río, encontrarás un techo inundado de cometas unicolor creadas con las manos recursivas y talentos de Jesid, Joel y el mello, tres de nuestros guías operarios.